martes, 19 de junio de 2018

CEMENTERIO BLANCO

Gran Luchador - Cementerio Blanco
Homenaje al campeón Walter "El Yacare" Sequeira.

lunes, 18 de junio de 2018

PATA SIMONET

“CRISTALIZAR”, EL PRIMER COMPACTO DE PATA SIMONET

Música y poesía se complementan en este disco. Autor de todos los temas, Gerardo Simonet nos abre la puerta de su intimidad, invita a adentrarse en la de quienes escuchan sus canciones. Un gran trabajo con la participación de valiosos artistas de nuestra ciudad.
Por Albita Cosentino
Un nuevo trabajo discográfico ha visto la luz en septiembre en nuestra ciudad: se trata de “Cristalizar”, el primer compacto de Gerardo Pata Simonet“Este disco no nació para ser encarcelado, si un día así lo encuentra, por favor, ábrale la jaula”, puede leerse en una de las márgenes de la contraportada, toda una invitación para adentrarse en el intenso trabajo de éste músico mercedino. Autor de todos los temas, introduce a quien lo escucha en sus sentimientos más genuinos, a una profundidad despojada, lo que provoca en el oyente de sus canciones un hilo de intimidad sugerente.
Gerardo tuvo relación con la música desde siempre. “De muy chiquito ya la música estaba presente. Mi mamá en los 60 tuvo un grupo folklórico llamado El Chalay y de muy niños, con mis hermanos, nuestra banda sonora fueron los clásicos del Nuevo Cancionero Latinoamericano en su guitarra y su voz… Después, los años trajeron el rock y otros géneros que me hicieron principalmente un escucha muy completo. Los Beatles me cambiaron la vida, pero a ellos se acoplaron el folklore, el rock nacional, varios cantautores iberoamericanos y todo lo que pasó musicalmente en los noventa, en plena adolescencia”, contó a Protagonistas Pata Simonet.
En los noventa integró In Situ, con Marcos Kosicki, Javier Siri y Damián Zorrilla. “No nos presentábamos en vivo pero nos sirvió mucho para experimentar con ese gran interrogante que era el cómo se hacen las canciones, eso en tiempos en que nadie te podía pasar un método de trabajo, sino que tenías que crear el tuyo propio. Después llegaron algunos escenarios con Dezero en los noventa (con Sebastián Cirillo, Maxi Elizondo, Darío Lescano y el Posho Escudero, como tecladista), bastante influidos por Soda Stereo y el rock británico, y ya por el nuevo milenio un trío de folklore moderno llamado La Pueblera, con Florencia Chena y Damián Tessore”, fueron esos los comienzos artísticos de Simonet contados en primera persona.
Sus tiempos de compositor comienzan por el ’89, cuando le regalaron un teclado que aún conserva. “Tenía tanta hambre de hacer una canción y había esperado tanto ese regalo, que cuando me llegó me la pasaba haciendo unas canciones que mejor no recordar. Después a fuerza de prueba y error fui sumando elementos que me hicieron crecer”. De ese arduo camino creativo, nace Cristalizar, su primer compacto. “No soy un creador prolífico sino por el contrario, alguien con cierta facilidad para las melodías de arranque, pero al que le cuesta mucho el duro trabajo posterior hasta que la canción se concluye en letra y música. Tenía algunos temas terminados y varias ideas fuertes e inconclusas que tuve que encaminar para romper con ese maleficio de ser un artista que hace canciones, pero que no tiene un disco en la mano. A lo largo del 2014 me dediqué a eso y a medida que las canciones iban saliendo a la superficie, el disco fue apareciendo solo. Después nos juntamos con Sebastián Cirillo y Damián Tessore para producirlo y fueron dos años de un laburo muy interrumpido, haciendo equilibrio entre la familia, la oficina y la música”.
Si un disco como trabajo creativo que es,  se engendra, se gesta, se pare, Cristalizar es una obra musical, pero también hubiera podido ser una obra poética. Las letras de Simonet rozan lo intimista, algunas colmadas de melancolía y otras de una fragilidad que invita a escucharlas con delicadeza. El tiempo, el olvido y el recuerdo recorren los temas del compacto. “Hay también otras temáticas, como el amor, la muerte, la paternidad, las grandes cuestiones de la existencia humana, incluso un tema llamado Eterno track que es mi homenaje a una novela que me marcó en la adolescencia: La invención de Morel, de Bioy Casares. Sin dudas el tiempo, el recuerdo y el olvido me atraviesan e impregnan el disco, porque soy un tipo cien por ciento nostalgia. Amo la frase que abre ‘El libro de los abrazos’ de Galeano: recordar, del latín Re-cordis: volver a pasar por el corazón… Esa es mi materia, soy un coleccionista de recuerdos que no sirven para nada y un olvidador serial de las cosas sin corazón. Olvi Town –uno de los temas del CD– es el pueblo de los hombres que han sido olvidados. Sospecho que inconscientemente hacemos canciones para intentar vencer al olvido”.
Definir Cristalizar no es tarea fácil, no se trata de cualquier disco, ni de aquellos que podemos escuchar para llenar el silencio. La obra evaluada como un todo es para apreciar, para tomar distancia y volver a escuchar, alentando el deleite de sus melodías y la hondura de sus letras. “Más allá de la idea general de Cristalizar, y de que en la tapa del disco puede verse a mi sobrino siendo una especie de médium entre los pájaros de la realidad y los de fantasía en un planeta de cristal, que bien podrían ser las canciones, también hay una canción concreta con ese nombre, que invita a ser capaces de vivir sin disparar, y el disparo es el de esa cámara de celular que tenemos en la mano todo el tiempo, como intentando cristalizar cada instante en una memoria SD, mientras en realidad el tiempo y el espíritu de los momentos se nos va filtrando por los costados. El estribillo dice, en otras palabras, que aunque que te duela y hasta tengas que llorar deberás ser capaz de confiar en recordar”, concluye Gerardo.
El gran desafío lo espera el próximo año cuando intentará presentarlo en vivo. Hasta que eso se cristalice, Cristalizar se puede escuchar en Spotify, Youtube y todas las plataformas digitales. Además se encuentra disponible en su versión material con packaging de cartulina y librito de 16 páginas, en disquería La Jungla Musical (Galería Jardín, local 20, calle 22 n° 580, Mercedes, Buenos Aires); en Mar And’s Instrumentos musicales (calle 12 n° 515 de Mercedes o calle Mitre n° 633 de Luján) y en Librería Tiempos de Papel (calle 30 esquina 21 de Mercedes). También solicitándolo a través de la página de Facebook Pata Simonet o www.patasimonet.com para cualquier lugar del país.
Cristalizar, un disco para encontrar y abrirle la jaula con los sentidos dispuestos al disfrute.

Nota extraída del Semanario Protagonistas

DANIEL RAFFO Y KING SIZE

DANIEL RAFFO Y KING SIZE VOLVIERON A BRILLAR EN EL TEATRO ARGENTINO

Por Agustín Iribarne
El gran guitarrista de blues Daniel Raffo, se volvió a presentar el pasado viernes 1° en el C.C. Teatro Argentino J.C. Gioscio, para celebrar 30 años de blues junto a su poderosa banda King Size, en un magnífico show de dos horas, que terminó a la 1 am con el público de pie. El repertorio fue variado y versátil, entre clásicos de los 3 reyes del blues en guitarra eléctrica como son B.B. King, Freddie King y Albert King, y temas de soul, rock, y reversiones del country, interpretados de manera única y excepcional.
Otra vez Mercedes se inundó de la mística de la música delDelta del Mississippien los años30 con la vuelta de este destacado bluesman, y sólo los Soulshelter podían ser los encargados de abrir esta mágica noche. La banda invitada local de blues y rock liderada por Enzo Siboldi en voz y Gustavo Zoni en guitarra, y con Fede Mc Cormack en batería, Diego Velazquez en bajo, Ariel Federicoen armónica, - y con el tecladista de Raffo y un violero de Junín de invitados- dio un show de 1 hora muy intenso al estilo de un potente Down Home Blues de Chicago.
Interpretaron grandes canciones como “I ´ll go crazy” del maestro James Brown, “Feels like a rain” y “Let me love you baby” del icónico Buddy Guy, “Three o´clock blues”, del legendario B. B. King, y “My babe” del gran Willie Dixon, con un gran vuelo musical, una gran actuación vocal y la magia de Zoni en las 6 cuerdas. Otra vez demostraron ser grandes teloneros y una de las mejores bandas locales del género, y calentaron el escenario para Raffo, que terminó de concluir lo que Soulshelter había comenzado de gran manera.
Y cerca de las 11 pm saldría Daniel Raffo y su guitarra a colmar de bellos sonidos los oídos de los presentes, con 16 grandes canciones y acompañado por 7 músicos en escena: Nandu Aquista en teclados, Guido Venegoni en voz, Martín Munoa en guitarra, Jorgelina Abigliano en saxo alto y Sebastián Ramos en saxo tenor, Nacho Porqueres en bajo y Juanito Moro –hijo del gran Óscar Moro, baterista de Los Gatos y Serú Girán- en batería; una formación impecable para instalar el blues para siempre en nuestra ciudad y dar un glorioso show al cual no le faltó nada, entre solos de cada integrante, mímesis de guitarra con Zoni y una actuación brillante de Raffo, que hizo hablar a su guitarra en un idioma no tan popular, pero con todo el sentimiento y pasión que él mismo expresa hace 30 años: el blues.
La noche comenzó eléctrica con “Get Lucky – Every Day” para continuar con “Swing Shuffle”; luego vendrían clásicos de los 3 reyes del blues: “Personal Manager” de Albert King, “Pack it up” de Freddie King, “Darling you know i love you” y “Midnight Believer” de B.B. King, donde la banda demostró solidez y soltura en grandes ejecuciones, y con todo el poder orquestal de grandes músicos, y perfectos solos de guitarra, teclado y armónica. También reversionaron un country de Lillie Mae y dejaron clásicos como “NightLife” de Willie Nelson y “Let´s have a natural ball” de Albert King para un final muy emotivo, con una parte casi acapella y coros de público, donde Guido maravilló a todos con su voz. Sobre el final se dieron dos memorables momentos: la caricia profunda que ejercía Daniel sobre su guitarra al tocar muy suave y lograr otra sonoridad, y las no menos de 7 vueltas o turnarounds donde Raffo y Zoni improvisaron unos solos geniales, contestándose entre guitarras, para cerrar un show único, donde Raffo se dio el lujo de tocar hasta la batería.
En diálogo con Protagonistas, Daniel Raffo dijo sobre su visita: “Este año se hizo un esfuerzo para que pueda estar la banda más numerosa y fuimos con la segunda guitarra y vientos, y realmente me sentí muy bien. Para mí subir al escenario es el instante más feliz, y con la gente recibiéndote cuando ya te aprobó y la segunda vez te está esperando, es una felicidad superior todavía. Y poder hacerlo con mi banda entera –a veces no es posible por problemas de producción- es aún más lindo. Al viajar con ellos la felicidad se triplica”.
Y agregó: “Viajar guitarra en mano para mí es una satisfacción gigante, y Mercedes es la segunda vez que me recibe con los brazos abiertos gracias a la gestión de Hernán Rivero, que es un fanático del blues. Él hizo posible que yo esté dos veces ahí, y que me conozca la gente de Mercedes”. Resulta necesario agradecer al periodista Hernán Rivero por este show y tantos otros, y por su notable labor por el género en nuestra ciudad al realizar estos eventos, tanto como su aporte en su programa de radio “Llegaron los blues” por FM Santa María.
Nota extraida del Semanario Protagonistas

jueves, 14 de junio de 2018

Amilcar Nahuel Ramos


Amilcar Nahuel Ramos: “La música es mi mejor pasatiempo”
Compone canciones con letras a lo Ismael Serrano y canta con una voz pastillera-callejera. Es el cantante de la banda mercedina que llegó a tocar en los escenarios del Personal Fest. “Hoy estamos en un receso”, confiesa el cantautor que fue telonero de Las Pastillas y de Los Ratones.
“Hoy Otra Vez Vos está en un impasse, somnoliento. La idea es poder seguir. Necesitamos un reencuentro. Reencontrarse con uno mismo. Para nosotros fue un año muy lento. Pero en lo personal, seguí avanzando. Me puse a estudiar canto con Natalia Zabala. Y el instrumento no lo pude explotar como hubiese querido. Hoy en día con la banda estamos en un receso. Hubo mudanza de sala y se aletargó todo”, expresa.
La última formación de Otra Vez Vos es la siguiente: Amilcar en voz, Emanuel Damele en guitarra eléctrica, Jonatan Pajón en bajo, Martín Gamaleri en batería, Julián Cardoso en percusión, Loló Cisneros e Ivana Kahl en saxos, Hernán “Chango” Jaime en guitarra eléctrica rítmica y Franco Di Catarina en teclados y trompeta.
La última presentación que tuvieron fue a fines del año pasado en “La Picada” de la rotonda, un día de frío, a principios del verano. Anteriormente, tocaron en el Emergente del Abasto: “Fue una locura porque metimos tres fechas en un mes. Habíamos tocado en Vinilo y en el Carnaval del 2017”, recuerda.

-¿Los llamaron para este último carnaval?
-Hubo llamados pero no hubo respuesta. No hubo tiempo. Después de la última fecha todos se fueron de vacaciones y coordinar 10 vagos es complicadísimo.

-O sea que hace 6 meses que no están tocando.
-Hace 6 meses que no nos juntamos a ensayar.  Estamos viendo qué va a pasar. Si seguir o si cada uno toma distintos caminos. La salida del “Negro” (Isaías Freire) fue un desequilibrio. Entonces, la idea de las reuniones que hicimos a principios de año era retomar, pero cambiando el formato. Que no sea el mismo del viejo Otra Vez Vos. Porque ya no tenía la esencia. No estaba el cantante original ni estaba el guitarrista; sólo quedaba el baterista original. Entonces, la idea de mudarnos nos dio la pauta de desapegarnos de Otra Vez Vos. Ensayábamos en la casa de David Cardoso, el papá de Juli (percusionista) y estábamos armando la sala en la casa de Jona (bajista). Pero nunca terminamos de mudarnos.


-Hay un registro de esa mutación de Otra Vez Vos, que llamaron “Volver al Ataque”
-Sí. Es un EP con canciones viejas (Los Idiotas, Humo, Crece y Mundos Paralelos), pero con la nueva voz. Nos ayudaron otros artistas a grabarlo, como EKO, en la canción “Humo” y Sol García, de Menta Y Limón en “Mundos Paralelos”. También está Alejo Uncal en la percu. Entonces eso daba el ímpetu de que la banda se había renovado.

-¿Cómo arrancaste con la música?
-Empecé en mi casa sólo. Era la oveja negra de la familia porque nadie es músico. Eran más bailarines de bailes populares en casa. Yo escuchaba música de chico. A los 13 años, me gustaba la música inglesa: Limp Bizkit, Linkin Park. Después me tiré más a lo nacional: La Renga, Los Piojos, La 25. Con mi amigo Guido Peppe éramos vecinos. Él me hace conocer a Ema (Damele). A ellos les gustaba La 25. Y empezamos a tocar canciones para unas chicas. Me acuerdo de “Mi Historia entre Tus Dedos”. Guido quería ganar pero cantaba yo. Y ahí me empezó a gustar cantar y dar la cara. Fue así que armamos “Vicios de Barrio”, mi primera banda. Cuando Guido abandona, entra Jona (Pajón). Era una banda bien rolinga, hasta en los cortecitos de pelo. Pero siempre de garaje. Habremos salido a tocar 3 veces. Una vez por año. Si hay algo que me gusta mucho es ensayar. Después Ema (Damele) deja la banda y se disuelve. Pero antes se habían sumado otros amigos como Lisandro Pauli (el “Lima”) en la armónica, el hermano, Santi Pauli, Santiago Vola y con eso idealizamos lo que iba a ser “La Isla”. Con esa banda duramos un año y pico. En ese período, vuelve Ema Damele, se suma Germán Gómez, Franco Peppe (hermano de Guido), y llegamos a sumar 9 integrantes entre todos. Ensayábamos en mi casa los sábados a la tarde y estábamos muy inspirados. Llegamos a tocar en Marcos Paz. Y acá tocamos en todos lados: fuimos teloneros de Las Pastillas del Abuelo y Los Ratones Paranoicos en el Mercedes Rock.

-¿Qué proyectos tenés hoy con la música?
-Hacer mis canciones. Lo que quiero hacer es dejar una herencia a mis sobrinos. Que no sea material. Creo que tengo algo sentimental muy fuerte. Ahora estoy haciendo grabaciones rústicas, con celular. Hay un programa que te las deja editar y grabar por canales. Mi fuerte es cantar, después toco la viola y los teclados, lo básico: sólo arreglos de punteos de guitarra.


-¿Qué es la música?
-Mi mejor pasatiempo. Casi que lo tomo como algo cotidiano. En el laburo pienso en música. Voy en la calle con mi celular y tengo para escribir el Word Reference. Si flasheo algo en la calle lo escribo. Si tarareo una melodía, la voy grabando.

Domingo de Ramos
Amílcar nació el 16 de noviembre de 1989 en Mercedes. Sus padres, Héctor Marcelo y Marisa Noemí Díaz, vivían en Malvinas. Pero eligieron el Blas Dubarry para tener a Amilcar porque era el único hospital de la zona en el que confiaban. Fue el segundo hijo de la pareja, luego de Ezequiel Marcelo y antes que Mauro Sebastián, una familia en la que son policías, desde su abuelo hasta su hermano más grande; Amílcar vino a cambiar las cosas: hace canciones y  trabaja en una gestoría, mientras el “petit” Ramos estudia enfermería en la Cruz Roja de Luján.
La escuela 37 fue testigo de su primaria. El Colegio Nacional lo vio pasar y abandonar: “La música me hizo deambular por lugares raros pensando que iba a vivir de eso. Sin embargo, me gustaba más la joda”, confiesa quien termina abandonando la secundaria. Pasó por la Escuela Media y no terminó. El año pasado fue importante en su vida porque terminó sus estudios, gracias al Plan Fines: “Era una cuenta pendiente. Era decirle a mi vieja ´tomá el título´”, cuenta.
Trabajó en varias changas y fue mensajero de una pizzería. Un día su madre lo incentivó para que estudie gestoría del automotor. Así fue que se anotó en la Cámara Económica en un curso de 3 meses que en ese momento salía 4 mil pesos: “Tuve tanta suerte que no me termino de recibir y un amigo de mi vieja me toma en la Gestoría Machado. Justo se había ido un empleado. Yo fui a la entrevista y me preguntaban si sabía algo. Yo me había recibido, pero no sabía nada. Le dije la verdad. No sabía ni dónde quedaba el registro (se ríe) y me tomaron. Hace 7 años que trabajo ahí”, cuenta agradecido por la oportunidad que le dieron.

Nota extraida del Semanario El Nuevo Cronista  12/06